lunes, 5 de junio de 2017

La Biblioteca Thomas Jefferson

La Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, situada en Washington D. C. _ Estados Unidos es una de las mayores bibliotecas del mundo, con más de 158 millones de documentos. La colección de la Biblioteca del Congreso incluye más de 36,8 millones de libros en 470 idiomas, más de 68 millones de manuscritos y la colección más grande de libros raros y valiosos, incluyendo una de las únicas cuatro copias en perfecto estado de la Biblia de Gutenberg.

Personalmente le aconsejaría al presidente actual de Estados Unidos que entre en esta biblioteca, que se encuentra muy cerca de su actual residencia, así podrá desarrollar su inteligencia y adquirir conocimientos. A ningún ser humano le vendría mal pasar una temporada de su vida entre los muros de esta o cualquier otra biblioteca.




Se trata del edificio Thomas Jefferson, situado a espaldas del Capitolio, el cual fue la primera de las tres actuales sedes de la citada institución cultural. Pero dicha colección fue destruida en 1815 por las tropas inglesas, ante lo que el propio Thomas Jefferson decidió ceder al Congreso su propia biblioteca privada de 6.500 libros.

Desde entonces hubo un paulatino aumento de los fondos de la Biblioteca del Congreso, pero un incendio en 1851 destruyó 35.000 libros, dos tercios de su colección en aquel momento.


El Edificio Thomas Jefferson se construyó en estilo del renacimiento italiano, y vale la pena que entrar en el mismo (entrada gratuita) para ver su imponente Gran Vestíbulo de dos plantas que encuentras en la entrada, con unas impresionantes escaleras.

En la segunda planta puedes ver la enorme Sala de Lectura de forma circular, en cuyas altas paredes se distribuyen las estanterías.





La Biblioteca del Congreso fue construida por el Congreso en 1800 y su primer ubicación fue en el Capitolio donde fue destruida gran parte de la colección por los Británicos en la guerra anglo-estadounidense de 1812, como acabo de menciona.


Con este incendio comenzó un periodo de decadencia que comprende desde 1851 al 1865, se propuso que la biblioteca del congreso se reconvertiera en Biblioteca Nacional por presión de algunos miembros del Smithsonian Institution. Al final no se llevó a cabo esta propuesta y en 1866 se llegó incluso a trasladar la colección de 40.000 ejemplares del Smithsonian a la Biblioteca del Congreso y se volvió a impulsar la Biblioteca.



A lo largo de su vida, Thomas Jefferson (1743-1826) coleccionó libros en una amplia gama de temas y en muchos idiomas. Durante la Revolución estadounidense, mientras se desempeñaba como embajador de los Estados Unidos en Francia, adquirió miles de libros para su biblioteca en Monticello.


Hacia 1814, el último año de la guerra de 1812, durante la que los británicos quemaron Washington y la Biblioteca del Congreso, Jefferson poseía la colección privada de libros más extensa de los Estados Unidos. Ofreció vender su biblioteca al Congreso como reemplazo de la colección que había sido destruida por los británicos. 




En el siglo XVIII, la mayoría de las bibliotecas estaban organizadas por orden alfabético. No obstante, Jefferson optó por organizar su biblioteca usando una versión modificada de un sistema que había sido creado por el filósofo británico Francis Bacon (1561-1626). Este clasificaba sus libros de acuerdo con tres categorías —Memoria, Razón e Imaginación— que Jefferson adaptó como Historia, Filosofía y Bellas Artes, y que dividió, a su vez, en 44 subcategorías. Aquí se presenta un catálogo de la biblioteca de Jefferson, copiado a petición suya por Nicholas Trist, quien estudió derecho con Jefferson, se casó con una de sus nietas y se desempeñó como albacea de sus bienes. 

Detalle de la escalera

Uno de pintores impresionista que inició su carrera pintando retratos de personajes de la alta sociedad, y murales para la Biblioteca del Congreso fue Frank Weston Benson. Esta mañana he publicado algunas de sus obras en "El Poder del Arte" de Facebook.


La Biblioteca del Congreso, estimulada por su reorganización en 1897, comenzó a crecer y desarrollarse con mayor rapidez. John Russell Young, el sucesor de Spofford, aunque solo estuvo en el cargo durante dos años, revisó la burocracia de la Biblioteca, utilizó sus conexiones como un ex-diplomático para adquirir más materiales de todo el mundo, y estableció en la Biblioteca los primeros programas de asistencia para ciegos y los discapacitados.



El joven Herbert Putnam, sucesor de Young, dirigió la oficina durante cuarenta años desde 1899 a 1939, entrando en la posición dos años después de que la Biblioteca se convirtió en la primera de los Estados Unidos en poseer un millón de volúmenes. Putnam centró sus esfuerzos en hacer de la Biblioteca más accesible y útil para el público y para otras bibliotecas. Instituyó el servicio de préstamo interbibliotecario, transformando la Biblioteca del Congreso en lo que denominó una "biblioteca de último recurso." Putnam también amplió el acceso a la Biblioteca a los "científicos investigadores e individuos debidamente calificados," y comenzó publicar fuentes primarias para el beneficio de los estudiosos.














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