lunes, 27 de febrero de 2017

El Palacio Corsini en Florencia


Florencia fue y es la ciudad más importante de la Toscana y llegó a acuñar el florín de oro, una moneda que se utilizó como referencia durante casi tres siglos en las transacciones económicas.

Fruto de este poderío son sus impresionantes monumentos que la convierten en una urbe única en el mundo, unas edificaciones, pinturas y esculturas que en la mayoría de los casos fueron encargadas por comerciantes ricos de la época que buscaban asegurar la salvación de su alma gastando sus ganancias en construir capillas e iglesias y palacios.


Uno de estos palacios es el Palacio Corsini, fue construido por una de las familias florentinas nobles más antiguos de Florencia _ Italia. El palacio partenecía en antiguedad a la familia Ardinghelli, luego pasó a los Medici que, en 1649, eligieron venderlo a Maria Maddalena Macchiavelli, mujer del marques Filippo Corsini. En el año 1656 se encomiendan a la obra al arquitecto florentino Alfonso Parigi y Fernando Tacca y Pierfrancesco Silvani.


El resultado es un brillante ejemplo de la arquitectura barroca (muy raro en Florencia, dominada por el gótico y renacentista), dramática y suntuosa en un hermoso lugar en el Lungarno Corsini. Después del trabajo en el exterior del edificio fue adquirido en 1735 por la familia Corsini y en ese período fue de cómputo: Lorenzo Corsinihecho se convirtió en Papa con el nombre de Clemente XII. El elemento característico es la famosa escalera de caracol y en el interior del "caracol" por el que se puede ver la entrada.


En el interior se encuentran hermosas habitaciones con frescos y estucos, como la del Trono, ricamente decorado, el de la danza, la escalera de caracol (el Silvani), la piedra arenisca, que recuerda el modelo insuperable de Miguel Ángel de la Biblioteca Escalera laurentian en San Lorenzo.


El palacio también alberga la colección de arte privada más importante de Florencia, con pinturas de gran valor (Filippo Lippi, Giovanni Bellini, Luca Signorelli, Pontormo, Salvator Rosa, Luca Giordano).


La construcción del Palazzo Corsini duró alrededor de cincuenta años, sin interrupciones, y su decoración (1692-1700), coincide con uno de los momentos mas importantes de la pintura florentina. Con techos con estatuas y floreras en terracota, y una hermosa corte principal, que se abre a “U” hacia el homónimo lungarno.


En el 1883 el palacio fue vendido al estado, junto a la colección privada del cardinal Neri Maria Corsini. Solo recientemente, en el interior del mismo palacio ha sido abierta la Galería Nacional de Arte del Palacio Corsini, donde es posible admirar la maravillosa colección de pinturas del siglo XIV e XVIII, juntos a esculturas, bronces y muebles del seteciento.


Florencia no necesita hacer ostentación de su riqueza arquitectónica o artística. Florencia simplemente “es”, a cada paso se respira el arte. Ella es la cuna del Renacimiento, seductora, formidable y mágica.












jueves, 23 de febrero de 2017

"Huyendo de la crítica" obra de Pere Borrell y del Caso

"Huyendo de la crítica" obra de Pere Borrell y del Caso, del año 1874 y con unas dimensiones de 76 x 63 cm. Se encuentra en la Colección Banco de España en Madrid _ España.

Pere Borrell del Caso (1835 – 1910). Pintor, profesor de dibujo y pintura español. Pintor de retratos, que constituyeron la mayoría de sus encargos, y de escenas religiosas para diversos templos en Barcelona, Gerona y Castellar del Vallés; en ellas se apreciaba cierta influencia de los pintores nazarenos; sin embargo todas estas obras religiosas fueron destruidas durante la Guerra civil española. Pero Borrell es conocido por su famoso cuadro Huyendo de la crítica.


En ella se aprecia a un muchacho de unos diez años que va vestido con ropajes harapientos, a primera vista no podemos dejar de recordar a los famosos niños de Murillo que comían fruta o se despiojaban en las calles del barroco. El muchacho se agarra al marco ficticio del cuadro para poder impulsarse y así salir huyendo; con ese gesto tan particular parece que el joven pretende saltar del interior del lienzo hacia nuestra realidad, la rodilla aparece flexionada y en sus brazos se aprecia la fuerza del impulso.


Su rostro es más que expresivo, parece desencajado, con los ojos y la boca abiertos presa del temor más absoluto  -como si de El grito de Munch se tratase- que le provoca la crítica feroz de su tiempo que tenía el suficiente poder como para sumir a los pintores en la más profunda ruina y acabar con su carrera artística.


La pieza es un exquisito cuadro de carácter casi hiperrealista que se acentúa por el hecho de carecer de marco ya que de este modo el pintor consigue que se cree un trampantojo creíble y que logra engañar al ojo del espectador. Borrell utiliza la técnica de trampantojo, una técnica pictórica que intenta engañar la vista jugando con el entorno arquitectónico (real o simulado), la perspectiva, el sombreado y otros efectos ópticos y de fingimiento, consiguiendo una "realidad intensificada" o "sustitución de la realidad".9También se utiliza el término "ilusionismo


Pintor en cierta medida autodidacta, pues estudió pintura en la Escuela de Bellas Artes, “La Llotja“ hasta que en 1863 decidió abandonarla disconforme con el método de enseñanza que utilizaban en la Escuela.


Tanto la estética que se seguía la Escuela, romántica, como el método de estudio, copia de láminas, le resultaron inaceptables, pues prefería el aprendizaje basado en la observación y reproducción de objetos reales. Por ello unos años más tarde, en 1968, funda su propia academia privada de dibujo, en la que aplica su propio método pedagógico.


Por su academia pasaron y se formaron en el realismo, pintores que llegarían a la fama, como Romá Ribera, Ricard Canals, Adriá Gual, Xavier Nogués, o Josep Maria Sert, y la importancia que para él tuvo esta escuela lo indican dos cosas, que pese a su éxito como retratista, siempre quiso seguir enseñando en su academia y que a pesar que en dos ocasiones le ofrecieron una cátedra en la “La Llotja“, lo que suponía un ingreso fijo y seguro, algo muy valorado por los artistas de todas las épocas, rechazó la oferta, por considerar que en ese puesto no iba a tener la suficiente libertad, para por poder seguir enseñando con su método a la siguiente generación de artistas.


Borrell era un profesional de la pintura, metódico y trabajador cuyos ingresos se basaban en los encargos directos y en su academia de pintura, por lo que no buscó con tanta energía como otros pintores tanto la “fama”, como la “gloria” .

En cambio, fue un pintor que buscó claramente agradar a sus clientes, Según parece, su obra de tipo religioso era muy diferente al estilo utilizado en los retratos. Mientras que en la pintura religiosa, estaba muy influido por los “pintores nazarenos”, pintores del Romanticismo alemán, nacidos en torno a 1785, que se dieron a conocer en Europa hacia principios del siglo XIX, que buscaban su inspiración en el arte medieval así como su deseo de restaurar “la verdad y la pureza” de la pintura prerrenacentista, mientras que sus retratos están sujetos a la influencia realista, a mi juicio más afín a sus propia concreciona de la pintura.





Bibliografía : https://felixmaocho.wordpress.com





lunes, 20 de febrero de 2017

El Palazzo Fizzarotti

El Palazzo Fizzarotti está situado en el corazón de Bari, cerca del centro histórico de la ciudad y de los jardines Garibaldi en el capital de la región de Apulia _ Italia, se sitúa en una fértil llanura costera , con vistas a las aguas del Adriático e importante puerto turístico y comercial. Detrás de Bari se encuentra el paisaje de la meseta de Murge, donde parece que se haya parado el tiempo. Paisajes sin límites muestran una zona árida con rocas, parajes cenagosos y barrancos que interrumpen la continuidad.
 .

El palacio fue construido a finales del año 1800 por el banquero Manuel Fizzarotti que como mecenas mandó hacer los diseños del palacio al ingeniero Bernich y al arquitecto Corradini.
También se emplearon a cientos de artesanos, pintores, escultores y sopladores de vidrio, este último proveniente de Murano.


Hay lugares en los que existe una riqueza artística que se expresa de manera destacada en las formas de su arquitectura urbana. Bari es uno de esos sitios en los que ha logrado acumularse una arquitectura que es fascinante en su conjunto, debido a su innegable hermosura, su dignidad formal y, finalmente su unidad estilística.


Hasta que llega un momento en que las razones colectivas que le dieron origen desaparecen. El canon estético logrado se asienta definitivamente, inmovilizando el tiempo para admiración de turistas e historiadores. 


La estructura es de estilo gótico veneciano, mientras que su interior tiene reminiscencias del conocido Art Nouveau. La primera planta es famosa por sus grandes salas, como por ejemplo: el salón del siglo XIV, el salón rosa, el salón de la chimenea o el salón de las artes y las tareas. Generalmente el interior está abierto a todos los visitantes. 


El Palacio se compone de cuatro plantas y tiene una altura de 21,40 metros. El último piso está adornado con una espléndida galería abierta con arcos ojivales y una columnata, que sostiene una preciosa y valiosa cornisa.


El palacio esta decorado con estucos y esmaltes y un gran trabajo de incrustaciones. Destaca por sus excelentes salones que se extienden por toda la planta. Estas salas tienen un estilo ecléctico único, claramente ejemplificado por su arquitectura neogótica veneciana.


Las columnas tienen capiteles arabescos. El suelo es de mármol veneciano policromado con inserciones de mosaico de hoja de oro que representan brazos heráldicos y diseños geométricos. Alineando las paredes del este y oeste, dos grandes bancos de mármol, cada uno decorado por un tríptico de Corradini con marcos de hojas de oro puro. Los trípticos representan escenas históricas y acontecimientos de Apulia.


Con sus calles sinuosas de piedra, la ciudad vieja de Bari nos invita a pasear sin rumbo por todos sus rincones, disfrutando de las fachadas de los edificios medievales reformados, y de las iglesias renacentistas y barrocas.  






jueves, 16 de febrero de 2017


"El joven y la muerte", obra de Gustave Moreau, del año 1865 y con unas dimensiones de 123.2 x 215.9 cm. Se encuentra en Harvard Art Museums en Boston _ Estados Unidos


En el Salón de 1865, Gustave Moreau había expuesto un cuadro que rendía homenaje al pintor Théodore Chassériau, fallecido con treinta y siete años de edad, en 1856. Ambos hombres se habían conocido muy bien y Moreau le tenía una gran admiración. Cerca de quince años más tarde, reutiliza la misma composición destinada a Charles Hayem, gran coleccionista de sus obras.


Moreau representa una "escena tranquila y serena". El joven artista se corona con los laureles de Apolo, entrando en el reino de los muertos. No le sigue un esqueleto o un anciano simbolizando el Tiempo, como lo había proyectado Gustave Moreau en su origen, sino una delicada figura. Sin embargo se trata de la Muerte, "dormida en su eterna indiferencia", llevando la espada y el reloj de arena. Su pose flotando, en diagonal, sin que los pies toquen el suelo, evoca un fantasma.


La obra de Moreau está a caballo entre el Romanticismo y el Simbolismo. Aunque es frecuente incluir a Moreau en la nómina de los pintores simbolistas, su obra se anticipó en varias décadas a la proclamación oficial del movimiento por Jean Moréas en 1886.
El Simbolismo es un movimiento literario y de artes plásticas que se originó en Francia en la década de 1880, paralelo al post-impresionismo, y que surgió como reacción al enfoque realista implícito en el Impresionismo. Tanto el Impresionismo, como el idealismo y el naturalismo académico se habían identificado con los problemas contemporáneos, políticos, morales e intelectuales.


En las primeras obras de Moreau son destacables las influencias de Ingres, en el tratamiento de la anatomía, especialmente masculina, y de Delacroix, en cuanto a la elección de temáticas exóticas, a través de su mentor Théodore Chassériau, quien había sido discípulo de ambos. Con el tiempo, la obra de Moreau va concediendo menor importancia a la línea y más al colorido. De su última etapa, se conserva en el museo Moreau una serie de acuarelas que la crítica contemporánea considera muy próximas a la abstracción.


Gustave Moreau en sus obras de inconfundible gusto decadente y temática mitológica, como Júpiter y Sémele (1894-1896) o La esfinge (1886), nos ofrece composiciones muy abigarradas y en el que en ocasiones, las anatomías de los finados son parte estructural de la composición.


Desde el punto de vista pictórico configuró un estilo muy libre. Modificó la técnica académica, trabajó el pigmento con texturas muy gruesas, por lo que la superficie resulta irregular. Practica cortes bruscos de color. En algunos fragmentos casi se ve un antecedente de la abstracción por su pincelada y uso del color.


Gustave Moreau (1826-1898), formado en el Romanticismo y con un profundo conocimiento de los pintores italianos del Renacimiento, desarrolló un estilo personal con el que se anticipó al simbolismo francés de finales del siglo XIX. Buscabael arte por el arte, la plasmación de la belleza que sublime la muerte, la enfermedad, lo grotesco, lo demoníaco, lo feo. Busca, como referentes, períodos decadentes de las antiguas civilizaciones romana y bizantina. Desea apartarse de la realidad que no le gusta, que es burda, cotidiana, débil, enferma. Tenderá hacia lo espiritual y ello le llevará al estudio de fenómenos sobrenaturales, de lo diabólico y satánico, de lo hermético, de la magia y el ocultismo.








lunes, 13 de febrero de 2017

El Palacio Farnese de Capolara

El Palacio Farnese de Capolara, o Villa Farnese, en el municipio y una ciudad de la Tuscia _ Italia. Representa uno de los mejores ejemplos de residencia renacentista construido por la familia romana de los Farnese en Caprarola, construido entre 1555 y 1575 está considerado especial tanto por su arquitectura renacentista cuanto por su ciclo pictórico Manierista. 


Esa maravillosa estructura nos ha conservado el reflejo precioso del estilo elegante da la manera de vivir de la Corte Pontificia de los Farnesios, del siglo XVI. Palacio y villa fueron comisionados por el Cardenal Alejandro el joven (1520-1589) al gran arquitecto Jacopo Barozzi da Vignola (1507-1573).


En los bastiones de los vértices el arquitecto insertó amplias terrazas abiertas sobre la campiña circundante, y talló la colina en forma de escalinatas de modo de aislar el palazzo y al mismo tiempo insertarlo armoniosamente con el entorno. En el paseo de acceso se abrió una calle rectilínea, de forma de relacionar visualmente al edificio con la ciudad, convirtiéndolo en el hito que sobrepasa y domina toda la zona. En el centro de la residencia se abre un patio circular en dos plantas, con el nivel superior ligeramente retirado.


El Cardenal  quien fue quizás aún más poderoso que su abuelo, Papa Pablo III (1507-1573), fue sin duda un hombre rico, mecenas de artes y deseoso de inmortalizar la memoria de los Farnesios a la posteridad, construyendo un palacio aun más suntuoso que lo de Roma. El arquitecto Vignola diseñó y realizó un palacio pentagonal de cinco plantas con un patio circular abierto en el interior.


Al entrar en el palacio se accede a un exclusivo microcosmos en que todos los detalles de la arquitectura y de la pintura tienen la finalidad de celebrar el poder de la dinastía, en una trama enredada y lógica entre formas, simbologías, iconografía.  La magnífica escalera caracol llamada “Escalera Real” que gira en 30 par de columnas, el patio circular desarrollado en dos niveles y 13 salas con riquísimos frescos en la primera planta (Planta Noble)


Decoraciones grutescas, trampantojos, estuques refinados ornan los frescos historiados extendiéndose en 7640 m² representando la historia de los Farnesios, protagonistas en la escena política de Europa durante el siglo XVI.


Los frescos fueron elaborados y realizados por iconografos entre los más famosos de la época cómo Annibal Caro, Onofrio Panvinio, Fulvi Orsini y por pintores de los más destacados del período de los cuales Taddeo y Federico Zuccari, Jacopo Bertoja, Giovanni de’ Vecchi, Antonio Vanosino da Varese. 


los artistas lograron cumplir maravillosamente su tarea diseñando y construyendo un edificio prestigioso sobre los preexistentes basamentos de una construcción militar creando, de esta forma, un conjunto armónico que es considerado su obra maestra. Él fue capaz de asociar con perfecta adherencia las bellezas del paisaje circunstante con la invención arquitectónica logrando conseguir una obra que, por su originalidad y grandeza, no tiene iguales.


Con la construcción de esta grandiosa obra, realizada en 27 años solamente, se puso en marcha una serie de trabajos para adaptar el orden urbano de Caprarola con las exigencias arquitectónicas del palacio derribando algunos edificios para construir puentes y realizando una nueva grande calle elevada de acceso, en eje con el edificio llamada "La Via Diritta (en castellano literalmente la calle Recta) en la actualidad vía Filippo Nicolai.


El edificio se compone de 5 plantas, incluyendo los subterráneos y es circundado por un ancho foso. Tiene forma pentagonal y un corral interior circular. En recuerdo de su antiguo utilizo como fortaleza, cuatro rincones son reforzados por bastiones que acaban "a terraza" a la altura de la planta "noble", mientras que la quinta planta tiene un torreón que domina el techo.

Al edificio se accede por medio de una doble escalera cuyas rampas son antes divergentes y luego convergen hacia el portal principal. Las zonas reservadas a al personal doméstico eran separadas por la zona del cardenal y se obtuvieron desde el espesor de las paredes.

El Vignola también fue autor de los frescos de la escalera interior, la Escalera Regia. Ésta rueda alrededor de 30 columnas de peperino (una roca volcánica), a través de las cuales, según la leyenda, el cardenal pasaba a caballo para alcanzar la planta noble.


En la planta noble aristócrata se hallan el dormitorio del cardenal, llamada Sala de la Aurora y la habitación de las celebridades, definida Sala de los Fasti Farnesia, con los frescos que resumen la vida de los Farnese. Más allá, encontramos la Antecámara del Concilio, que toma su nombre del fresco del Concilio de Trento; en la misma habitación podemos admirar un fresco que representa al papa Paulo III. Sucesivamente, se abre la Sala de Hércules, que también debe su nombre de los frescos presentes.


Una de las habitaciones más representativas del edificio es la Sala de las Geográficas o Sala del Mapamundi, que toma su nombre de los frescos de Giovanni Antonio da Varesio. La cuarta y la quinta planta eran asignadas, respectivamente, a los palafreneros y a los caballeros.


Para terminar, se grabó parte de la película en el Palacio Farnese la adaptación de la popular tragedia de William Shakespeare 'Romeo y Julieta', publicada en 1597. Su director, Carlo Carlei, con un guion de Julian Fellowes, retrata el amor ideal, el deseado, el imposible… 














jueves, 9 de febrero de 2017

Vincent van Gogh, obra de John Peter Russell


Vincent van Gogh, obra de John Peter Russell, fue realizado en el año 1886 y con unas dimensiones de 45,6 x 60,1 cm, se encuentra en Van Gogh Museum en Amsterdam _ Holanda.

Vincent Van Gogh conoció en el "Taller de Cormon" al australiano John Peter Russell, que nos ha dejado uno de los retratos más fieles de Van Gogh. Se trata de una pintura al óleo pintada quizá en el propio taller Cormon o en su estudio propio.

La similitud del rostro de Van Gogh entre este retrato de Russell de 1886 y su propio autorretrato de la primavera de 1887 es enorme, aunque en su propio cuadro aparece más delgado y más tranquilo que en el del australiano.



Como amigo cercano de Claude Monet y mentor de Henri Matisse, el artista John Peter Russell (Australia 1858-1930) es ampliamente considerado como el "impresionista perdido". Russell fue profundamente respetado por sus contemporáneos, hasta tal punto que Monet a menudo prefirió las pinturas del australiano expatriado a las suyas.

La pintura de Russell está relacionada con el neoimpresionismo. Sus temas preferidos son los marinos y es considerado un retratista excepcional, lo suficientemente rico para no tener que vender sus pinturas, que rara vez se exhibieron. Su gran proyecto es llevar a Australia la mejor colección de pinturas de sus contemporáneos.


A pesar del extraordinario talento de Russell, que inspiró a tantos otros, el artista nunca alcanzó la misma fama de sus contemporáneos. Esto se debió en gran medida al hecho de que él nunca expuso formalmente su obra, como hemos avanzado anteriormente. Geoffrey Smith, Jefe Nacional de Arte en Bonhams & Goodman explica: "Russell nunca se vió obligado a exponer formalmente sus pinturas, pertenecía a una familia con negocio en industriales escosés y no necesitaba la pintura para ganarse la vida".

Peonies and head of a women, 1887 by Russell

Como le sucedió en Amberes, no aguantó durante mucho tiempo la enseñanza académica de la pintura en el “Atelier Cormon” y en el verano del mismo año 1886 abandonó el estudio de pintura. Conocemos de primera mano su experiencia en este taller gracias a una carta que escribió a Leavens, su antiguo compañero de la academia de Amberes.

La pointe de Morestil par me calme, 1901 by Russell

"He frecuentado durante tres o cuatro meses el estudio de Cormon, pero no lo he encontrado tan útil como me habían dicho. Es posible que sea culpa mía. Sea como sea, lo he dejado, como había dejado también el de Amberes; He trabajado solo... Creo que estoy mejor así."
(Carta a H.M.Levens)

Almond tree blossom, 1887 by Russell

Vincent Van Gogh abandonó el “Taller de Cormon” en Junio de 1886 y se trasladó con su hermano Théo a un nuevo apartamento más amplio también en Montmatre, el barrio situado en una colina junto al “Sacre Couer” de Paris (que en esa época se encontraba en construcción, desde 1875 hasta 1919).


Para terminar, Fernand-Anne Piestre Cormon, más conocido como Fernand Cormon, igual que muchos otros pintores más o menos reconocidos de Paris, daba clases de dibujo y pintura en una academia situada en el 10 de la rue Constance, (también se cita el 104 del Boulevard Clichy, muy cerca del Moulin Rouge), un lugar alegre de Montmartre, donde llegaron a trabajar casi sesenta alumnos y que, gracias a la fama de muchos de ellos, pasaría a la historia del arte con el nombre de "Atelier Cormon".












lunes, 6 de febrero de 2017

La Casa Lis en Salamanca

La Casa Lis es un palacete urbano enclavado sobre la antigua muralla de la ciudad  de Salamanca _ España, mandado construir por D. Miguel de Lis (1855-1909). El encargado de llevar a cabo este proyecto fue Joaquín de Vargas y Aguirre (1857- 1935), natural de Jerez de la Frontera, que desembarcó en Salamanca para ocupar la plaza de arquitecto provincial. 


Las características del solar sobre el que se edificó la Casa Lis (irregular, enclavado sobre una muralla y con un fuerte desnivel en su lado sur) hubiesen podido ser limitaciones en un primer momento, si bien son resueltas por Joaquín de Vargas de forma magistral. Vargas organiza toda la vivienda en torno a un patio interior que sirve para distribuir las estancias y diseña una fachada construida con hierro y vidrio siguiendo los preceptos de la arquitectura industrial.

 

Para salvar el desnivel existente hasta llegar al actual paseo del Rector Esperabé, idea una escalera que permite crear unas terrazas ajardinadas y una gruta cubierta de rocalla que aligera el conjunto. El resultado es uno de los pocos ejemplos de arquitectura industrial empleada para uso residencial, único por su espectacularidad y por la audacia arquitectónica con que Vargas fue capaz de resolver los condicionantes del proyecto.


 D. Miguel de Lis (1855-1909)

Actualmente el edificio es la sede del Museo Art Nouveau y Art Déco y en sus salones y dependencias se exhibe una parte de los fondos donados por D. Manuel Ramos Andrade (1944-1998), anticuario y coleccionista que vio cómo en 1995 la Casa Lis, con un recuperado esplendor, abría de nuevo sus puertas, ésta vez para exponer sus colecciones únicas en España.


En la actualidad, una gran vidriera emplomada, realizada por el taller Villaplana siguiendo diseños de D. Manuel Ramos Andrade, cubre el patio central. Las claraboyas y cerramientos elaborados en el mismo taller han recuperado las vidrieras artísticas que ya engalanaban la vivienda de D. Miguel de Lis en 1906 y la fachada sur, de un delicioso cromatismo, se ha convertido en una de las imágenes más representativas de Salamanca.


Cuando visitamos el Museo Casa Lis en Salamanca pensamos: ¡Cómo no hemos estado aquí antes! Y es que la historia de la Casa. La fantástica colección de obras de Art Nouveau y Art Decó que alberga el museo, te fascina y engancha a partes iguales. Una historia increíble, casi novelesca, pero tan dura y cierta como la vida misma.


Tiene dos bellas fachadas de gran riqueza decorativa. La que da a la catedral es una muestra de modernismo, mientras la del río es una galería de vidrieras y metal de gran belleza. En la actualidad es el Museo de Art Nouveau y Art Decó, y cuenta con una de las colecciones más importantes del mundo en muñecas, adornos y joyas de finales del siglo XIX y principios del XX.


podremos ver la  colección de joyas y vidrios iridiscentes. Las Joyas de Masriera o Faberge son increíbles. Delicadas y sofisticadas, que adornaban a las mujeres pertenecientes a la burguesía de principios del s. XX y vidrios iridiscentes de los talleres Loetz, Kralik, Pallme König y de la escuela de Nancy con piezas del famoso artista francés Émile Gallé y los Hermanos Daum o Paul Nicolas.


Alberga una impresionante e inquietante colección de muñecas de porcelana francesas del s. XIX y autómatas, que ha sido definida como la mejor colección expuesta al público a nivel mundial, originales muebles de Homar, Majorelle y Busquets al gusto de la época con detalles vegetales, líneas curvadas y alguna que otra libélula, animal recurrente en el modernismo español.


Se puede apreciar finísimas porcelanas de Rosenthal, Royal Copenhagen, Mariano Benlliure, Gustave Guetant o Zuloaga. Pero quiza lo que no te puedes perder es la colección de  criselefantinas de Demetre Chiparus o Ferdinand Preiss, pequeñas esculturas que combinan el metal para las vestimentas y el marfil para las partes desnudas del cuerpo como la cara o las manos y que se han convertido en icono del Art Déco, me dejaron maravillados.


Las estatuas criselefantinas no sólo eran visualmente impactantes, también mostraban la riqueza y los logros culturales de aquellos que las construían o financiaban su construcción. La creación de una de estas estatuas implicaba habilidades en escultura, carpintería, joyería. Una vez terminadas, las estatuas exigían mantenimiento constante.


El término «criselefantino» se usa también para un estilo de escultura en miniatura común en el Art Nouveau de finales del siglo XIX. En este contexto, describe estatuillas con piel y ropas y otros detalles hechos de otros materiales, tales como oro, bronce, mármol, plata u ónice.


Las criselefantinas destacaron en los años 20 y 30 del siglo pasado entre las figuras más demandadas por la alta sociedad. Se vendieron en los centros más selectos de París, Londres, Berlín y Nueva York, y aunque fue muy numerosa su producción, nunca fueron baratas. 


En 1925 se celebró en París L´Exposition Internationale d´Arts Décoratifs et Industriels Modernes, donde los mejores y más vanguardistas escultores se dieron cita para mostrar al mundo un nuevo concepto del arte, es el momento formal del nacimiento de lo que conocemos como Art Dèco. 

En Salamanca el Museo de Art Nouveau y Art Déco, en la Casa Lis, exhibe una notable muestra de criselefantinas representativas del Art noveau de la colección del anticuario Manuel Ramos Andrade.

El museo Lis creo que es de las primeras publicaciones que hice en la página del Poder del Arte en  Facebook, me ha fascinado siempre y será uno de los rincones más bonitos de España para mi.