jueves, 8 de diciembre de 2016

El tahúr o Tramposo con As de Trébol, obra de Georges de La Tour



"El tahúr o Tramposo con As de Trébo", obra de Georges de La Tour, fue realizada entre los años 1630-1634, y con unas dimensiones de 124 x 183 cm. Se exhibe en el Museo de Arte Kimbell, Forth Worth en Tejas _ Estados Unidos.

George de la Tour, pintor frances. Naciço el 13 de marzo de 1593 en Vic, al sur Seille, Lorena. Poco se sabe de su primera formación en Lorena, aunque debido a posterior documentación lo muestra desabrido en lo personal y reconocido en lo profesional. Trabajó para el Duque de Lorena y fue nombrado pintor de Luis XIII. 

Un pintor injustamente olvidado por la historia del arte, casi borrado por el tiempo, que el historiador Herman Voss rescató del anonimato hace apenas un siglo. Muchos de sus cuadros se perdieron, otros se quemaron, los pocos que colgaban en los museos fueron atribuidos a artistas como Caravaggio o Velázquez, entre otros. 



De la Tour adaptó los modelos del naturalismo tenebrista impuestos por Caravaggio en Roma unas décadas antes. El francés tomó del italiano el gusto por los personajes de los bajos fondos, el contraste de luz y sombra, los marcos ajustados a la escena, etc. En este cuadro encontramos las inequívocas referencias a los Jugadores de Cartas de Caravaggio, que encontraron amplio eco entre los pintores del momento, como Terbbrughen, Valentin de Boulogne y el propio De la Tour.

"Jugadores de carta", obra de Caravaggio, del año 1595
en el Museo de Arte Kimbell

Georges de La Tour solía repetir los cuadros. De esta pintura existe otra versión en el Museo Louvre de París_ Francia, que es muy parecido y tiene el mismo trasfondo, pero con sutiles diferencias.

En general, se contempla a este tahúr como una ilustración de la parábola del hijo pródigo en la etapa en la que éste disipa su herencia con las mujeres, el vino y el juego. Las personas sentadas en la mesa se comunican con guiños y señales discretas.


"El tramposo del as de diamantes", obra de La Tour
en el Museo de Louvre 

Se están jugando una gran suma de dinero, como lo atestiguan las monedas de oro depositadas sobre el tapete. Hay dinero desparramado delante del joven ricamente ataviado. Su rival, por el contrario, protege precavido sus reservas de dinero con el codo e intenta introducir una carta en el juego sin ser visto: el as de diamantes.


El fondo oscuro no ofrece ninguna información sobre el lugar donde se desarrolla la partida. No sabemos si se trata de un salón, una taberna o un burdel. De entre todos ellos destaca el joven ricamente vestido, a quien no le espera el amor en esta partida sino la perdida de su dinero, la mofa y el escarnio. En este reducido espacio, cuatro manos colaboran para buscar la ruina al acicalado joven. La blanca y cuidada mano de la dama, da la señal para que entre en juego el as de diamantes. Va adornada con perlas y posee el encanto femenino que ha seducido al joven y lo ha llevado hasta la mesa del juego.


Georges de la Tour pintó la mayoría de sus lienzos al estilo barroco, caracterizado por sus escenas religiosas y cortesanas. Fuertemente influenciado por Caravaggio, pintó numerosas estampas nocturnas iluminadas por la luz de las velas, dando cierto efecto tenebroso a sus escenarios (el tahúr es una de sus obras más luminosas).


Durante su época más productiva, a De la Tour le fascinaba el juego y algunas de sus prácticas más picarescas. Fue durante este periodo cuando pintó una versión prácticamente idéntica: “El Tahúr del as de bastos”. Adicionalmente, De la Tour pintó al menos otros tres lienzos sobre el tema del juego: “Los jugadores de cartas”, “La negación de San Pedro” y “Los jugadores de dados”.


La singularidad del cuadro radica, entre otros motivos, por la representación de las mujeres jugando a las cartas, aparentemente con total aceptación. Muchos cuadros del Siglo XVII confirman que a las mujeres el juego no les estaba vetado, bien fuera entre ellas o bien con hombres. Sin embargo, el tema central es la trampa. El “As” fue quitado de la baraja para introducirlo en el momento oportuno y esta trampa se conoce como la de las cartas sucias. Según la fecha de este lienzo, 1635, es una de las representaciones artísticas más antiguas del engaño en las cartas.

Su obra tiene dos etapas: los cuadros «diurnos» de la primera época y los «nocturnos» de la segunda.

El primer período abarca hasta 1638, con cuadros famosos de tahúres y soldados, reflejando un poco la realidad de su Lorena natal, en la que abundaban los soldados jugando, con pícaros. Una fase intermedia viene marcada por su estancia en París (1638-1643).

Su segunda época se inicia a su regreso a Lunéville, en 1643. Pinta entonces cuadros nocturnos en los que predominan las luces nocturnas. La iluminación, que proviene generalmente de una vela, ilumina con luz blanca o rojiza las figuras. El resto del cuadro queda en la oscuridad, sin que aparezcan paisajes o arquitecturas. Utiliza una paleta prácticamente monocroma: rojo y negro en las escenas nocturnas, blanco y morado en las diurnas.


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