lunes, 6 de junio de 2016

La fachada de la catedral de Orvieto

La fachada de la Catedral de Orvieto data del siglo XIV. Está situada en la ciudad de Orvieto, Umbría _ Italia. Es una de las obras más grandiosas de la arquitectura medieval italiana. De estilo gótico, es célebre por su fachada, así como por la capilla de San Brizio decorada con frescos pintados por Fra Angélico y Luca Signorelli.


Es uno de los más bellos edificios góticos, lo que equivale a decir que es uno de los más bellos del mundo. Es difícil imaginar cómo podría ser más bonita. Su fachada, poblada por mosaicos, crea una vivísima impresión cromática.


Cada grupo, cada escena, es para usar una expresión musical, una especial sinfonía de colores. No son colores pálidos, discretos o fríos; aquí vemos la belleza y el encanto de los colores definidos, que tienen personalidad y vida propias.

Esta fachada fue comenzada poco después de 1310, fecha que corresponde a su dibujo preparatorio conservado en el Museo de Orvieto. Lorenzo Maitani, de origen sienés, dirigió las obras de esta sede episcopal hasta su muerte en 1330, y en concreto la realización de esta armónica fachada para lo cual reunió un amplio equipo de colaboradores.


Durante el primer periodo de la construcción, los trabajos fueron dirigidos por Fra Bevignate pero con la llegada de Lorenzo Maitani (1308) se introdujeron modificaciones importantes al proyecto inicial, con una planta gótica en cruz latina. De Maitani es también la imponente fachada a tres gabletes y tres piñones (1310).


En un documento de 1330 se hace referencia al suministro de bronce a Maitani para la realización de las esculturas de la fachada, exactamente para El águila de San Juan una de las cuatro representaciones de los evangelistas que se encuentran en la cornisa de encima de las tres puertas principales de la fachada de la catedral de Orvieto. 

 

De la fachada se conservan dos dibujos realizados a pluma sobre pergamino, en un inventario de 1356; el segundo más parecido a la actual fachada es el que se nombra como de Maitani. Se aprecia con el diseño anterior (anónimo) que tenía una influencia de Notre Dame de París. 



En los mosaicos predomina el más esplendoroso de los colores, el dorado. Rutilante y magnífico, el oro hace que la Catedral parezca siempre nueva. Se diría que la Catedral vive en un clima de perpetua primavera. Más aún: se podría decir que los inviernos y las tragedias de la Historia pasaron por encima de ella sin tocarla.


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