lunes, 14 de marzo de 2016

El palacio de los Condes de Miranda


El palacio de los Condes de Miranda, también conocido como de Zúñiga o Avellaneda es un edificio renacentista del primer tercio del siglo XVI, situado en Peñaranda de Duero, provincia de Burgos, Castilla y León _ España.


Se encuentra en la Plaza Mayor de los Condes de Miranda, verdadero centro neurálgico y monumental de Peñaranda de Duero.

Mandado edificar por el Tercer Conde de Miranda, D. Francisco de Zúñiga y Avellaneda a Francisco de Colonia. Constituye un magnífico conjunto de fachada, patio central, escalinata, salones con ricos artesonados y yeserías. Es sin duda una de las joyas del plateresco español.


La portada que aparece descentrada en la fachada, es adintelada, tiene jambas de jaspe (la jamba es cada una de las dos piezas de un vano que dispuestas verticalmente, a ambos lados del mismo, sostienen un dintel, un arco o las arquivoltas situadas sobre ellas) y está adornada con grutescos.

Por encima de ella hay un arco de medio punto flanqueado por dos figuras en cuyo tímpano se hallan los escudos de los Zúniga y Avellaneda. Sobre este arco, una moldura soporta otro de menor tamaño con un busto clásico en su interior representando a Hércules.


Al patio se accede tras atravesar el zaguán, cuyas puertas desenfiladas a la plaza y al interior marcan un recorrido diagonal en dirección a la escalera, permitiendo su visión desde el exterior. El hueco que da al patio cuenta con una rica decoración en las jambas y el dintel, así como con dos columnas de jaspe que sostiene un arco carpanel con forma de guirnalda.


El patio está formado por dos pisos de diferente diseño debido probablemente, a distintos arquitectos. Así, el inferior presenta pilares aupados sobre altos podios, decorados con pilastras pseudocorintias que sostienen arcos de medio punto, y el superior de menor altura, columnas y arcos carpaneles con medallones en las enjutas. Mientras que el primero refleja influencias tardogóticas el superior es de estilo renacentista.


Alrededor del patio se disponen las estancias más importantes del edificio, si bien es cierto que no puede visitarse en su totalidad. Accedemos a continuación al llamado Salón de Embajadores, sin duda, lo más bello del palacio a juzgar por la exclamación general. Se trata de un enorme salón de estilo plateresco decorado con un fabuloso techo de mocárabes.


El resto de salas repiten el tipo de decoración tanto en lo que se refiere a las yeserías como a los artesonados. Estos constituyen uno de los mejores conjuntos de los conservados de esta época en España.

El palacio tuvo jardines y huertos que estuvieron decorados con fuentes y esculturas que se conservaron en la casa hasta el años 1930.





Desde minuto 6:00


Biblografía: El palacio de los Condes de Miranda en Peñaranda de Duero,
                   Eduardo Carazo, Boletín de la Real Academia de Bellas Artes
                   de San Fernando.

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