lunes, 27 de octubre de 2014

La capilla del Sagrario de la Mezquita-Catedral de Córdoba



La capilla del Sagrario de la Mezquita-Catedral de Córdoba es la capilla que ocupa todo el ángulo suroriental del inmenso edificio, hallándose ubicada en el espacio correspondiente a la ampliación del edificio realizada por Almanzor.

La planta de la capilla es rectangular y se divide en cuatro tramos y tres naves, que se hallan cubiertos por bóvedas de crucería gótica. La portada que da acceso a la capilla consta de un arco de medio punto, sostenido por pilastras policromadas y cuyos capiteles son de orden jónico.


La capilla del Sagrario de
la Mezquita-Catedral de Córdoba _ España
 


El arquitecto elegido para acondicionar el espacio a las nuevas funciones fue Hernán Ruiz I el Viejo, maestro que también proyectara la nueva Capilla Mayor. De su intervención destacaría la realización de la bóveda de crucería gótica que cubre la nave central, o las tres puertas de entrada a la capilla, situadas en lado Norte. Sólo dos de ellas, las laterales, conservan su estado original, ya que el acceso central fue remodelado por su nieto Hernán Ruiz III en 1571.

Pero tal y como expresa Don Manuel Nieto Cumplido, archivero de la Catedral de Córdoba: “un nuevo proyecto vino a torcer por tercera vez el destino del recinto”. Efectivamente, el cabildo decidió que éste sería el espacio ideal para emplazar la nueva Capilla del Sagrario, que desde el siglo XIII estaba situada en la capilla colateral de la de San Pedro (mihrab). En 1581 se comenzó a trasladar todo el material de la biblioteca a las cámaras.


Hernán Ruiz I el Viejo, el arquitecto de
 La capilla del Sagrario de la Mezquita-Catedral de Córdoba

Los frescos de la capilla del Sagrario posiblemente constituyan la muestra más importante de pintura mural contenida en todo el territorio andaluz. Fueron realizados por el artista italiano César Arbasia. La obra fue terminada en el año 1586. Todas las paredes se encuentran decoradas con pinturas al óleo, así como las cabeceras, los laterales, en los que se da una aparición temprana de columnas salomónicas, propias del periodo siguiente, el Barroco, y los intercolumnios.


Detalle de la colmuna del interior de la La capilla del Sagrario


Natural de Saluzzo. Se cree que afrontó este gran encargo aconsejado por su amigo Pablo de Céspedes, con quién trabajó en Roma años atrás. Las obras comenzaron en septiembre de 1583, y trascurrieron a un gran ritmo, ya que finalizaron a finales de 1586 como antes he mencionado.


Hasta ahora hemos realizado un pequeño análisis de la capilla desde su fundación, pasando por su adaptación a biblioteca capitular y, posteriormente, a Capilla del Sagrario, enumerando los distintos artistas que participaron en su realización. A continuación, estudiaremos la iconografía de los frescos que realizara de forma tan acertada el mencionado Arbasia.


Obras realizados por el artista italiano César Arbasia.


En la nave central, sobre el tabernáculo de Guillermo de Orta, que se encuentra flanqueado por dos frescos que representan al “Rey David” y al “Profeta Isaías”, se halla “La Santa Cena”, sin lugar a dudas, una temática escogida para ensalzar la institución de la Eucaristía. Con esta obra se ganó el calificativo de “leonardesco”, debido a la influencia que pudo ejercer en el autor la obra de Leonardo, sobre todo atendiendo a las actitudes de los personajes.


Frescos representan al “Rey David” y al “Profeta Isaías”


Por otro lado destacaremos la serie de frescos en los que se representan a diversos mártires cordobeses. Presentados de tres en tres, se encuentran dispuestos cronológicamente. San Zoilo, San Eulogio, San Acisclo… la representación de “Santa Victoria” ha sido considerada la de mayor calidad del conjunto, gracias a la gran serenidad de la que hace gala, así como por la calidad de sus ropajes. En el luneto sobre cada grupo de mártires encontramos representaciones paisajísticas que, precisamente, es el campo donde mayor virtuosismo alcanzó el maestro, gozando de gran fama en su Italia natal. Los intradoses de los arcos fueron decorados con ángeles y símbolos de la Pasión. La decoración de la bóveda que proyectara Hernán Ruiz I, se decoró, como dijera Ambrosio de Morales: “con un cielo de ángeles”.



Detalle del Techo de la Capilla Sagrario 








lunes, 20 de octubre de 2014

Malinalco uno de lugares más místicos del estado de México



Considerado uno de los lugares más místicos del estado de México, Malinalco es un sitio donde el tiempo transcurre lento y en silencio, rodeado por el Cerro de los Ídolos donde se encuentra su Zona Arqueológica, una de las más bellas e importantes de la entidad mexiquense, con un Santuario de los Guerreros Águila y Jaguar, que se compara con Ellora en la India y con el templo de Abu Simbel en Egipto.


Detalle del interior y flora medicinal aun en uso 


Con diversos patrimonios históricos culturales, destacan el ex Convento Agustino y las ocho capillas de los distintos barrios, por lo que el municipio de Malinalco se ha convertido en el Pueblo Mágico con mayor atractivo turístico para los visitantes provenientes del extranjero o del interior del país.


Arcos en el jardín frontal de la iglesia


Estas bellas pinturas murales que decoran el ex monasterio, las del claustro bajo son originales del siglo XVI y fueron pintados por excelentes artistas indígenas de este lugar. Mas adelante, el pasillo llega hasta un pequeño vestíbulo donde hay una escalera de mampostería que conduce al claustro superior, donde se aloja la sala de Profundis; allí hay también pinturas, aunque más sencillas, que representan escenas de la vida de San Agustín. Sin duda uno de los conventos mas bellos del país.


El escudo Agustino


El ex Convento Agustino fue construido en 1543 por la orden Agustina junto con el Convento de la Transfiguración y la Iglesia del Divino Salvador, a primera vista se recuerdan las construcciones medievales, por sus muros rústicos y burdos, la decoración sobria y sus columnas cuadradas; sin embargo, al recorrerlo se reconoce una de las primeras muestras artísticas del mestizaje cultural.


Detalle del techo del claustro 


Esta impresionante edificación se encuentra en el primer cuadro de la cabecera municipal. La fachada es de tipo plateresco muy sencillo y tiene una altura considerable. Se puede visitar tanto el templo como el ex convento para apreciar con calma las bellas pinturas murales que decoran el monasterio, las del claustro bajo son originales y fueron pintadas por excelentes artistas indígenas de Malinalco.


Árbol de la sabiduría representado por un Zapote 


Manos indígenas trabajaron para su construcción, como he mencionado apoyados siempre por el sustento económico del encomendero Cristóbal Rodríguez de Ávalos. La planta baja del edificio conventual y la iglesia fueron construidos al mismo tiempo, concluyéndolos en 1560, en cuanto al claustro alto se piensa que fue añadido alrededor de 1580, lo que sí se sabe a ciencia cierta es que para 1568 se esperaba ya la instalación de los recuadros.


Muro oriente Tlahuizcalpa o Rumbo a la casa de la luz


Los frescos del convento se encuentran en las cuatro paredes y en la bóveda del claustro inferior, en donde podemos observar un diseño compuesto por diversas plantas entrelazadas y fauna silvestre, también se observan pintados en el mismo, follaje, 3 medallones con los símbolos de Jesucristo, María Reina del Cielo y el emblema Agustino, colocados en las cuatro paredes identificando la identidad cristiana.

En dichos frescos ha sido posible identificar de la forma más precisa posible la flora y la fauna indígena de la época, veintitrés especimenes nativos, los cuales actualmente crecen dentro de la zona ecológica de Malinalco.


Representación de Guayabas


Las plantas nativas representadas, no fueron escogidas al azar ni seleccionadas por decorativas; sólo aquellas plantas que habían tenido importancia cultural dentro de la sociedad se incluyeron; por ejemplo el huacalxochitl, que se usaba medicinalmente para combatir infecciones, pero el mismo tiempo era considerado importante en las ceremonias aztecas, ya que se usaba para engalanar a los héroes militares al mismo tiempo al tlatoani o cacique.

Algunas de éstas plantas curativas son todavía motivo de investigación como la yolloxochitl, “flor de corazón” ó “ huevito”, está planta aparece dos veces en los frescos del claustro en la pared que da al sur y al oeste, es usada para pasarla y sobarla sobre el cuerpo durante una curación, al igual que los huevos de gallina; la flor molida o bebida en infusión se dice, pude curar enfermedades del corazón y se considera también efectiva contra la infertilidad.
















lunes, 13 de octubre de 2014

El Museo Victoria & Alberto guarda un encanto especial



El VAM es un museo que tiene en total 45.000 metros cuadrados distribuidos en 145 salas, dedicadas al Arte y el diseño. Se inauguró en 1852 como South Kensington Museum, en 1899 se le cambió el nombre en honor a la Reina Victoria y su marido.

El fondo del VAM está dividido en cuatro grandes departamentos: Asia, mobiliario, artes decorativas, textiles y modas (dentro de éste último están la escultura, la forja, la cerámica y el vidrio).

Estos cuatro departamentos están divididos en dieciséis áreas de exhibición que en total suman algo más de 6,5 millones de objetos, evidentemente no todos están a la vista del público y muchos están almacenados en Blythe House en West Kensingoton.



Cúpula, La Escalera de cerámica en el V & A 


Desde sus comienzos este museo quiso ser una alternativa al “High art” que en aquellos tiempos se mostraba en sitios como la National Gallery o el British Museum, aunque ahora pueda parecer raro en realidad mucho de lo que allí se expone entraría en la categoría de arte menor, arte utilitario o eso que antes se llamaba artes y oficios, de ahí esa mezcolanza en ocasiones difícil de entender pero tan fácil de saborear, la sensación es de que es un museo, que a pesar de sus dimensiones, y del valor económico que actualmente tienen sus piezas, parece haber sido pensado para gente sencilla que no se pone a filosofar ante un cuadro a menudo incomprensible, pero que en cambio sabe valorar el trabajo necesario para fabricar la que está considerada como la alfombra más antigua del mundo y que se exhibe en un lugar de honor en la zona dedicada a la cultura islámica, de visita inexcusable.


Detalle de alfombra de Ardabil de
1539-1540 de Iran V&A


Durante el siglo XIX se popularizaron en Inglaterra y en el continente europeo los objetos con decoración calcada producidos en serie a bajo precio al igual que los que llevaban decoración en relieve. Esos objetos, junto con las piezas vidriadas en pardo de manganeso de Rockingham fabricadas en Inglaterra a comienzos del siglo XIX, se extendieron a Estados Unidos, donde se hicieron tan populares como la cerámica de Nueva Jersey y Ohio. Los objetos producidos en serie fueron desplazando poco a poco a la cerámica popular estadounidense, que era de un gres fuerte con barniz a la sal. En España durante el siglo XIX se produce una cerámica que también recurre a las imitaciones de temas antiguos y mitológicos.



Cerámica de Renacimiento italiano en el V & A 


Destacan la fábrica del Buen Retiro en Madrid, la de Sargadelos en Galicia, fundada en 1791, que produjo loza fina estampada y porcelana de una gran calidad, así como La Cartuja de Sevilla, que bajo la dirección de maestros ingleses también se especializó en la producción de loza estampada.

La cerámica industrial posterior a 1860 era de una gran calidad. El Art Nouveau, la Exposición Universal de París de 1900 y la Bauhaus durante la década de 1920 ejercieron una gran influencia en el diseño de la cerámica industrial.



           Ceramica William Shakespeare en V&A


El ceramista artesano con su creación individual ha sido igual de importante para la historia de la cerámica moderna que el ceramista industrial. El movimiento Arts & Crafts inglés ejerció gran influencia a partir de 1861, al igual que el gres vitrificado a la sal de las fábricas Doulton de Lambeth a partir de 1871. Algunos de los ceramistas más famosos de la época moderna son el británico Bernard Lecah, formado en Japón y el español J. Llorens Artigas, que despojó al gres de toda decoración.



Cristo en el templo obra de Albert Durrero en V & A


Exhibidas a lo largo de 21 galerías; se muestran piezas de porcelana, cristal, vidrio y cerámica de Europa, Oriente Próximo y Asia Oriental. Las porcelanas pertenecen a las mejores manufacturas europeas como Meissen, Royal Copenhagen, Sèvres o Royal Worcester. La colección incluye cristales pintados con ejemplos desde la Edad Media hasta los maestros como Morgan o Leach. En esta colección hay mosaicos turcos y persas.



El Cristo muerto obra Della Robbia.en V & A


El edificio también alberga la Biblioteca Nacional de Arte, un lugar cuyo tesoro más preciado es el mismísimo Codex Forster, formado por notas de Leonardo da Vinci.

En el área de la escultura, destaca el relieve en marfil de la Ascensión de Donatello, así como las 17 esculturas que Rodin donó en 1914 y que hoy lucen en la entrada del museo.

La orfebrería también es un punto fuerte en el V&A, pues cuenta con más de 22 galerías en las que se reparten unas 35.000 piezas venidas de Europa y Oriente.



Botella Pilgrim, Nevers, Francia, 1600-1650
       Escena representan Apolo y Dafne  en V&A          


El resto del museo está dividido en otras secciones en las que se muestran, como ya hemos mencionado, mobiliario de decoración, cerámicas, textiles, arte oriental y fotografías entre otros.
Sin lugar a dudas es una parada obligatoria, pues aunque existen muchísimos museos en Londres, lo cierto es que repartido por todas y cada una de sus salas.



lunes, 6 de octubre de 2014

El pintor Carlos Franco



El pintor Carlos Franco (Madrid, 1951) _ España, se ha desarrollado en un ámbito muy restringido y manifestado incluso a través de encargos privados, por lo que no es muy conocido por el gran público, Estos pintores renovaron el panorama de los setenta al introducir las corrientes frescas del “pop art” británico, influyendo decisivamente en el desarrollo del arte de los años ochenta.

La obra de Carlos Franco no se puede encasillar fácilmente, y aunque comparte rasgos comunes con los pintores de su generación, tiene unas notas personales de gran originalidad, manteniendo un diálogo fluido entre abstracción y figuración con una abierta tendencia a introducir elementos surrealistas. Su interés por la mitología, la magia, las culturas primitivas y el psicoanálisis hacen que su obra evolucione continuamente, explorando temáticas y técnicas con elasticidad, desde el uso de pinturas fluorescentes a las posibilidades de la tecnología digital.


Carlos Franco 


Carlos Franco expone en tres galerías de Madrid el trabajo de taller realizado paralelamente a la intervención llevada a cabo en la fachada de la Casa de la Panadería, en la plaza Mayor en Madrid. El pintor recibió el Premio de Gerencia de Urbanismo para trabajos artísticos relacionados con la ciudad. Ha reunido la parte más personal del nacimiento de aquella mitología en una muestra que invita al paseo interior por la histórica plaza.



La fachada de la Casa de la Panadería
Madrid _ España


En el espacio que hoy ocupa la obra de Carlos Franco estuvieron las pinturas de Luis González Velázquez, realizadas a fines del siglo XVIII, y las de Enrique Guijo, que reemplazaron a aquéllas en 1914. En 1988, el Ayuntamiento de Madrid abrió un concurso restringido para renovar el aspecto de la fachada, al que concurrieron Guillermo Pérez Villalta, Sigfrido Martín Begué y Carlos Franco.



Detalle de la fachada


Elegido el proyecto de Carlos Franco, el artista se rodeó de ocho pintores y dio comienzo a un proceso de trabajo en equipo, "apasionante", que le alejaba temporalmente de su papel de pintor aislado en su estudio, para sumergirlo durante meses en los modos, maneras y objetivos de un artista del barroco.

En principio, el desafío fue darte cuenta de que, junto a nosotros, el autor principal era el tiempo. Para un pintor contemporáneo es peligroso hablar de tradición. Comprobar que las soluciones de la historia funcionan y, lo que es más, son las únicas que funcionan.







El proceso de trabajo, en el que no dejan de ser significativas las incidencias, "menores, hay que reconocerlo", entre el artista y las autoridades municipales, duró nueve meses. El tiempo en el que la fachada estuvo cubierta de toldos y andamios fue más porque "el trabajo real quedaba interrumpido numerosas veces por las condiciones atmosféricas, por la falta de un color determinado o por el estado de un trozo de pared. Y ¿cómo le explicas a un funcionario que no puedes aplicar un color antes que otro, o que no puedes pintar por debajo de una temperatura o por arriba de un grado de humedad?".



                         Cibeles, detalle de las pinturas murales en 
              la fachada de la Casa de la Panadería, Madrid, 1992.



El artista ha mantenido una búsqueda de un sentido mágico de la realidad, cargada de elementos simbólicos de la mitología clásica y las culturas primitivas, y sobre todo en su obra más importante hasta el momento, la fachada de la “Casa de la Panadería” de la Plaza Real de Madrid  España. Un fantástico telón, en el que conviven tritones y cariátides con un embozado goyesco. Maridaje entre pasado y presente, entre arquitecturas imperiales y el Madrid cosmopolita de finales del siglo XX.