martes, 25 de junio de 2013

La Sagrada Família de Antoni Gaudi




Decía Antoni Gaudí que la fachada del Naixement, la única de la Sagrada Família que vio terminada, expresa «la ilusión y el goce» por la vida. A partir de esta premisa, Etsuro Sotoo, el escultor japonés que en el 2000 ganó el concurso para crear las puertas de la cara más antigua del templo, ha concebido para los tres portales la alegoría del entusiasmo de la infancia, un colorido acceso que se inaugurará en el 2015 dedicado a los niños para animarles a que entren en la iglesia.


La aportación de Sotoo es más fidedigna a la ideología gaudiniana que el tributo de Josep Maria Subirachs en la fachada de la Passió, que suscitó controversia por los 14 personales grupos escultóricos que realizó tras ser contratado en 1986 por la Junta Constructora de la Sagrada Família, que entonces presidía Joan Anton Maragall.


Para Sotoo, Gaudí era un genio pero no Dios. «Era humilde, buscaba la colaboración de los que más sabían. Por eso, antes de tocar nada, he dedicado mucho tiempo a estudiar su obra para saber cómo quería que fueran estas puertas. Ignorar los datos es una violencia cultural. Respetar el pasado es la mejor actitud ética para avanzar en el futuro», argumenta Sotoo en su taller ubicado en el corazón de la basílica, un espacio ahora repleto de insectos moldeados con cera roja con los que se confeccionan los moldes para fundir bronce.




La fachada del Naixement simboliza la niñez y la adolescencia de Jesús. Celebra su nacimiento exhibiendo una naturaleza exultante sobre una base gótica. Está orientada al este, que es por donde sale el sol cada mañana, para conmemorar el nacimiento de la vida. «Será la verdadera entrada de la Sagrada Família porque mira al mañana, invita a entrar a los niños que son nuestro futuro. Es el acceso de personas de diversas procedencias y de distintas creencias religiosas».






El escultor, convertido al cristianismo, considera que la naturaleza supera las dificultades culturales. «En esta fachada, Gaudí celebró la vida. Puso ángeles, pastores, reyes y animales. Mi aportación son una puertas con insectos y las plantas que tanto gustan a los más pequeños, y que son el origen de la cadena alimentaria necesaria para la vida».






En consecuencia, el artista planea una continuación visual del universo animal y vegetal creado por Gaudí en el sentido iconográfico. Desde esta fachada se accede al templo a partir de un portal central y dos laterales, dedicados a las tres virtudes teologales: la esperanza, la caridad y la fe, nombres que reciben cada una de las tres entradas en las que trabaja Sotoo.

jueves, 20 de junio de 2013

Bienvenidos/as a El Poder del Arte

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Ninfe.



El Poder del Arte

Edouard Manet: El almuerzo sobre la hierba

El almuerzo sobre la hierba, 1863 


En 1863, el jurado del Salón de París se había mostrado particularmente severo al rechazar alrededor de 4.000 cuadros, descartando así toda tendencia progresista. En vista de la polémica y los resentimientos que comenzó a suscitar esta excesiva selección, Napoleón III decidió crear el Salon des Refusés (Salón de Rechazados), paralelo al oficial, con el fin de exponer allí una selección de obras descartadas por los jueces. Entre ellas se encontraba la que para numerosos críticos representa el comienzo de la pintura moderna: El desayuno en la hierba (Déjeuner sur l’ herbé). 

Aún así, la pintura, presentada por Édouard Manet con el título de Le Bain, despertó numerosas y virulentos comentarios entre los críticos. Refiriéndose a ella, el decano de los críticos realistas Théophile Thoré manifestó: "No puedo adivinar qué puede haberle hecho escoger a un artista inteligente y distinguido una composición tan absurda". Sin embargo, la obra fue celebrada por un grupo de jóvenes que más tarde formarían el movimiento impresionista.


Edouard Manet. Obra: El almuerzo sobre la hierba

La pintura puede ser interpretada como una versión moderna de Concierto campestre, obra renacentista atribuida Tiziano o a Gorgione, según la fuente. En tanto que la composición, parece derivar de un grabado de Marcantonio Raimondi, El Juicio de París, del siglo XVI, basado a su vez en un dibujo de Rafael. Siguiendo esta interpretación, se puede inferir que Manet propone una recuperación al mismo tiempo que una transgresión de la tradición pictórica.


                       Concierto campestre de Giorgione

La composición del cuadro es, de hecho clásica, de estructura piramidal; y el bodegón antes señalado, en primer término, junto a la figura de la mujer que aparece al fondo, tomada de la iconografía clásica, ayudan a confirmarlo. El óleo mide 208 x 264 cm. y se encuentra en el Musée d'Orsay, París.


Detalle de Victorine Meurant

En cuanto al origen de la idea, parece ser que el artista se vio inspirado por una visión de un baño en el río parisino durante una estancia en Argenteuil. Dio forma a la idea dentro de su estudio, tomando como modelo para la protagonista a Victorine Meurant, la favorita del pintor, acompañándola del escultor holandés Ferdinand Leenhoff y de su propio hermano, Gustave. Los tres aparecen en el centro del lienzo enmarcados por un bello paisaje donde se vislumbra, al fondo, el Sena. Junto al río aparece otra mujer medio desnuda dándose un baño.

Detalle de la cesta del cuadro de Manet 

En este cuadro Manet se olvida de convencionalismo y trata al paisaje como manchas, sin profundidad ni perspectiva, como si las imágenes estuvieran pegadas al fondo.

Composición: el cuadro chocó tanto por su tema, como por la manera de estar pintado. Manet rompe con la perspectiva tradicional al suprimir el fundido de los planos. Los personajes aparecen recortados, casi sin relieve, planos, aunque aparecen en escorzo, colocados ante el paisaje que está utilizado como un simple decorado. Quizá sea por influencia del arte japonés. Sólo en la naturaleza muerta el pintor se atiene a la perspectiva tradicional, ya que hay profundidad, ligero modelado, quizá para demostrar que es buen pintor y cuando quiere sigue las normas académicas.


Detalle de la rana


En la parte inferior izquierda del cuadro se encuentra la figura de una rana. En aquella época, una rana era una forma de llamar a las prostitutas. En esta escena vemos a dicha rana mirando en dirección contraria a toda la acción que ocurre a sus espaldas.