lunes, 22 de junio de 2015

El Corredor Vasariano




Situada en la Toscana italiana y bañada por el río Arno, la ciudad de Florencia se ha convertido en un verdadero museo al aire libre. Con el dinero de los Médici y otros mecenas, esta urbe se convirtió en la auténtica capital del Renacimiento, un lugar en donde el arte y la belleza nos invitan a despertar nuestros cinco sentidos. 

Quien visita la cuna del Renacimiento sabe que no debe perderse la Galería de Uffizi, La Accademia, el Palacio Vecchio o los encantadores Jardines Boboli y el Palacio Pitti, Galería Palatina, Catedral de Santa Maria del Fiore (el “Duomo”), La Basílica de San Lorenzo" y La Biblioteca Laurenciana por mencionar sólo algunas.

Pero lo que muchos turistas desconocen es que existe un “pasadizo oculto” que recorre las alturas de Florencia, con más de 1000 metros de extensión y lugar de muchos secretos de la familia Medici en la época del Renacimiento.


El Corredor Vasariano


Para los atentos, si observan la parte superior del Ponte Vecchio verán una hilera de ventanas sucesivas… Es el Corredor Vasariano, una oportunidad única para seguir los pasos de la nobleza del Renacimiento.

El Corredor Vasariano es un pasaje aéreo construido por orden de los Medici en 1565, que conecta el Palazzo Vecchio con el Palazzo Pitti. Pasa por encima de los tejados y el Ponte Vecchio, atravesando galerías, iglesias y mansiones.

Además, el corredor Vasariano, proyectado de Giorgio Vasari, representa una obra arquitectónica realmente extraordinaria tanto por el tiempo rapidísimo de construcción como por la misma estructura.


La entrada del Corredor de Vasari


Fue el Gran Duque Cosimo de Medici quien ordenó la obra al arquitecto e historiador del arte Giorgio Vasari. En aquella época, Cosimo Medici ejercía su gobierno en el Palazzo Vecchio, en el centro de la ciudad, pero vivía al otro lado del río Arno, en el Palazzo Pitti con su familia.



El puente que une la Galería de Uffizi al Palazzo Vecchio


Un hombre de gran poder y con muchos enemigos no podía mezclarse con el público en general, y recorrer las calles florentinas podía ser peligroso. Cosimo tenía un contingente de guardaespaldas, y cada día debía atravesar un estrecho puente caótico. La solución vino con la construcción del Corredor Vasariano. Cosimo ganó una vía de escape entre su hogar y trabajo, pero también una forma de espiar a los florentinos y a sus enemigos desde arriba.



La iglesia de Santa Felicidad

Al interior del corredor, largo, de un kilometro, encontramos además la ventana con vista al interior de la iglesia de Santa Felicidad. Con esta obra, los Medici por lo tanto quedaron asegurados del lujo de poder asistir a la misa quedándose sobre los otros fieles a través de esta singular apertura y de poder espiar los propios súbditos caminando sobre sus cabezas sin ser vistos.



Vista del cerca del Punte Vecchio

Entre las curiosidades alrededor del corredor está la visita oficial que Mussolini y Hitler hicieron en Florencia en 1939, visitando también el célebre pasaje. Las ventanas centrales fueron abiertas justo en esta ocasión, para que Hitler pudiera admirar la belleza de Florencia a través de aperturas más grandes que las simples ventanillas circulares originales. 

Parece que la caminata arriba del puente fue tan agradable para el Fhürer que es posible que ésta fuera la razón por la cual el Puente Vecchio fue el único que se salvó de la dinamita de las tropas alemanas en Florencia. De hecho, el Ponte Vecchio fue el único que no fue destruido y el Corredor Vasariano, en los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial, era el único punto de conexión norte-sur de la ciudad, así como se ve en la película Paisà de Roberto Rossellini.


Vista del río Arno del Corredor 
                           

El recorrido además de hospedar una inmensa colección de retratos de varias épocas y de notable valor artístico, representa una excepcional obra arquitectónica colgante. Esta conecta los tres palacios Medici atravesando el río Arno a lo largo de un recorrido escondido en el interior del Puente Viejo, articulándose con paisajes elevados entre torres y palacios de época.

A lo largo del corredor los visitadores pueden admirar las inolvidables vistas de la ciudad y sus principales monumentos, vistas de panoramas inusuales e inimitables que solo a través de pequeñas ventanas del corredor es posible apreciar.


La salida del Corredor en el Palacio Pitti


Este extraordinario recorrido aéreo conecta el Palacio Viejo con el interior de la Galería de los Uffizi para alcanzar, finalmente, el Palacio Pitti terminando al interior del Jardín de Boboli, próximo a la llamada Gruta Grande, obra del Buontalenti.


Detalle de las obras en el Corredor 


Hoy el Corredor alberga una magnífica colección de autoretratos de célebres pintores, entre los cuales destacan Velázquez, Chagall, Rubens, Ingres, Rembrandt, y muchísimos más. El proyecto “Nuovi Uffizi”, ya en acto, implica también la recuperación total del corredor, que por el momento está abierto sólo para pequeños grupos de visitantes. Volverá a desarrollar su antigua función de unir Uffizi y Palacio Pitti, las dos realidades museales más grandes de Florencia. Cuando estén terminadas las obras ¡no habrá que perdérselo!

Autorretrato de Elisabeth Vigée-Lebrun








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